Sólo Existen Dos Iglesias
Jesús usó la palabra “Iglesia” dos veces.
Jesús dijo que había venido a construir ”Su Iglesia” y usó esa palabra en dos ocasiones.
Jesús se refirió a Su Iglesia en dos formas completamente diferentes la una de la otra, dándonos dos significados para esa palabra. Dos manifestaciones para Una misma Iglesia.
La primera cuando dijo: “sobre esta Roca edificaré Mi Iglesia” Mateo 16
La Iglesia que Cristo instauró es una y es universal. Está edificada sobre Su Persona y es Su Iglesia. Nadie debe decir esta es “mi iglesia”. Eso significa que la Iglesia de Cristo no es una denominación, una organización, ni una institución humanas. Cada persona nacida de nuevo y siendo regenerada por Su Santo Espíritu es, por la gracia de Dios, miembro de la Iglesia mundial independientemente del país o el continente en donde se encuentre. Esa es Su Iglesia, es una sola Iglesia, y está presente en todo el mundo.
Y la segunda es la Iglesia local. La Iglesia familiar. Jesús se refirió a la Iglesia en nuestro pueblo, ciudad o barrio cuando dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.” Mateo 18
Y en ese mismo pasaje, Jesús nos enseñó la manera en que podemos solucionar nuestros problemas internos cuando un hermano peca contra otro. Nuestro Señor sabía que tendríamos diferencias y contradicciones entre nosotros, sabía que Satanás lo usaría para dividirnos y separarnos, por lo que nos dio la solución con estas valiosas y poderosas palabras:
“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.”
Queridos hermanos y hermanas, esas son las dos iglesias que Cristo instauró. Son dos manifestaciones de la misma Iglesia y así se manifiesta y está presente a lo largo de las Sagradas Escrituras. Cada unos de nosotros debemos pertenecer a las dos sin barreras y sin separaciones. Todo el Nuevo Testamento es un clamor a la llamada de ser una sola Iglesia en Cristo Jesús. Una sola Iglesia unida en Su Nombre. Así pues, todo lo que no se conforma a estos dos modelos es “otra cosa”, es obra de los hombres y ello nos ha llevado al engaño de las miles de denominaciones que dividen y mutilan el cuerpo de Cristo, Su Iglesia.
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Filipenses 2
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